La selección de textos del libro de Juan Acha titulado Introducción a la creatividad artística, versan principalmente sobre el proceso creativo del artista plástico. Con proceso creativo me refiero a todo aquel conjunto de experiencias profesionales que el artista tiene a lo largo de su vida, y no solamente al proceso de producción de obra.
Juan Acha nos dice que a lo largo del proceso artístico, el artista busca la creación; la cual suele nombrar bajo el término de innovación. La creación sería una nueva solución a un problema plástico dado, la cual comúnmente es una nueva variante. Juan Acha nos dice que cualquier artista puede crear, mas no cualquiera puede llegar a una creación trascendental que repercuta en el terreno artístico1.
Dentro de este proceso creativo Juan Acha distingue otros dos procesos ligados directamente con la creación: la maduración y la autocrítica.
La maduración es un proceso largo en el cual el artista busca la creación. Por ello, es un proceso en el que están involucrados los procesos de producción de obra, así como aquél periodo de tiempo en el que el artista no produce, y dedica su esfuerzo a la autocrítica y a la proyección2. El proceso de proyección tiene que ver especialmente con el de planeación de obra. Después o al mismo tiempo en que se da la autocrítica, el artista proyecta el cómo resolver un problema, entre los cuales está el resolver lo que se quiere con lo que se puede3, así como planear los fines y los medios4. Estos últimos son técnicos y procedimentales; formales; teóricos y conceptuales; y temáticos5.
El ejercicio reflexivo que ahora realizaré, es un análisis a mi proceso creativo como artista. Para ello, me basaré en lo que Acha designa como autocrítica; la cual es un proceso cuyo fin es el esclarecer el qué se ha logrado,
como lo que no se ha logrado en las producciones. Es decir, sopesar los logros con la intención, así como las posibilidades. Ante todo, es un ejercicio reflexivo de naturaleza comparativa6.
Mi proceso formativo de aprendizaje de prácticas y conocimientos teórico y artísticos se da en la licenciatura. Inicio estos estudios en el 2000, y los culmino en el 2006, ya que la realización de la tesis también es parte de esta formación. En el ámbito de la producción, mi formación se dio en tres disciplinas artísticas diferentes: el dibujo, la pintura y la escultura.
Juan Acha separa este «aprendizaje profesional»7 del proceso de maduración. Pues Juan Acha dice que la maduración es un proceso de adaptación artística que dura aproximadamente quince años.
Ya que me encuentro en este ejercicio reflexivo, donde he de sopesar mi corto proceso creativo con una maduración, forzaré los momentos para encontrar, quizá no lo que el nombra como «soluciones mayores»8, pero sí soluciones.
Me centraré ahora en mi proceso como dibujante.
La primera serie realizada fue dentro de un taller. Los dibujos realizados fueron de gran formato, por lo que tuve que adquirir aptitudes en una ejecución en la que el cuerpo del dibujante debe moverse para poder trazar. Lo trazado era tanto al modelo visto como la imagen en mente. El tema fue la forma del dibujo y el modelo, los cuales debían coexistir en un orden. Así, dicha serie fue una lucha por ordenar formalmente el dibujo. Para solucionar la imagen, hice uso de líneas y planos; los cuales ayudaban equilibrar, haciendo acentos, negando o cualificando lo ya planteado.
En la siguiente obra presentada puedo distinguir cuatro soluciones, dos de las cuales me permitirán proseguir posteriores series. Uno de los logros fue el adquirir aquella aptitud nombrada, la de poder realizar trazos amplios en un dibujo de gran formato, moviendo todo el cuerpo. Otro logro fue el ordenar un cuadro mediante estructuras formales que no hablan del modelo, sino que tienen la función de categorías formales, como dirección, peso, variación o zona.

Sin título
2002
Acrílico sobre papel
240 x 140 cm
Por otro lado, una de las soluciones que más tarde irá a la siguiente serie es la del dibujo de masa. Un dibujo que describe la masa del modelo, pero que no es pesada, habla de las entrañas del cuerpo. Ello lo hice en esta imagen mediante líneas de dos valores, que describen contornos vistos en el modelo, así como líneas que cruzan según los relieves del cuerpo. La solución es ver esas masas en el cuerpo, pero no formalizarlas en un relieve pictórico.
Otra solución que ya comienza a aparecer aquí es la representación de personajes. Representar al personaje de modo que tenga una acción y una actitud.
La siguiente serie fue El hombre de la tarima, cuyo tema fue el modelo, aquel hombre que por horas posa para que el dibujante lo estudie o represente. La actitud y la formalización fue semejante a la de los artistas Antonio Saura, y Willem de Kooning, especialmente con las obras que representaban mujeres. El dibujo fue gestual, un dibujo comandado anímicamente, con trazos donde el brazo y la mano se mueven a diferentes velocidades.
El mayor logro de esta serie fue conjugar la actitud del modelo con la propia actitud al dibujarlo. La dinámica fue representar aquello que leía en el modelo; pero eso leído era mentalizado y conjugado con aquella subjetividad anímica provocada al verlo. Lo representado era eso, la lectura subjetiva y objetiva del modelo. Por ello, puedo comparar esta serie con la actitud de los artistas antes nombrados, quienes llevaban esa actitud a una representación irónica y violenta con lo representado.
Baile
2004
Pastel y grafito sobre papel
33 x 24.1 cm
En esta serie las dos soluciones antes citadas, un dibujo de masa que describe la corporalidad de la figura, y la representación de personajes, se maduran. Prácticamente ya no hay tanteos, ambos se funden en un conjunto de líneas y masas conjugadas con valores y color. La maduración también la ligo al hecho de que las figuras ya no necesitan, casi nunca, de signos abstractos para ser organizadas. Y gracias a la conjugación de varias figuras se representa una escena, las figuras se relacionan entre sí.
Un logro, más encontrado que buscado, fue el que el material utilizado tuviera materialidad. Como sabemos bien, la materialidad no es el que haya empastes gruesos ni materiales no diseñados para artistas. La materialidad es volver plástica, maleable, aquella sustancia con la que el artista trabaja, y que esta adquiera diferentes cualidades. En estos dibujos la materia es densa o liviana, es decir, deja ver el papel.
Forzando el análisis hacia lo que Juan Acha llama «ejecución precreadora», «ejecución creadora» y «ejecución poscreadora»9; diría que, en mi corto proceso creativo como dibujante, la serie El hombre de la tarima, es una «ejecución creadora». Ya que las soluciones halladas en la anterior serie, la cual podría nombrar como «ejecución precreadora», se vuelven más sólidas.
Dicho lo anterior, correspondería a la serie de dibujos titulados Dennys, la designación de «ejecución poscreadora». Aquí se mantuvo y se intentó aún más el significar la corporalidad del modelo, en este caso una mujer. Al igual que la anterior, había que establecer una lectura del modelo. La lectura no fue la misma, en este caso leía a la mujer, su feminidad y su cuerpo. Por tanto, le pedí posara naturalmente, sin forzar su cuerpo. Ya que gustaba de hacer poses fatigosas al ser bailarina.

Dennys
2007
Pastel y pastel graso sobre
papel
33 x 23 cm
Esta vez, al ser el cuerpo lo esencial, no se buscó ninguna escena. Si había uno o más cuerpos dentro de un dibujo, estos sencillamente debían estar bien colocados en relación a la superficie-soporte, y a las demás figuras.
Tampoco me resguardé en una actitud anímica violenta. Ahora era la sensualidad la que debía comandar. Así mismo, esa corporalidad propia de una mujer no habla de entrañas. La materia, el color y la línea tenían que seguir los relieves propios de ese cuerpo.
Entonces, en esta «ejecución poscreadora» lo que se madura es esencialmente la significación de la corporalidad y aquella lectura que se hace del modelo visto. Por supuesto, junto con ello está el hacer posible la representación, mediante la formalización de la idea.
Actualmente me encuentro en un proyecto muy diferente. Ahora lo que tengo que leer no son personas, son creaciones humanas dentro de aquella realidad virtual que es el ciberespacio.
La actitud anímica tampoco tiene lugar ya, pues el proceso productivo es completamente racional, donde los medios formales están bien limitados a lo que un efecto de una aplicación informática ofrece. La aplicación informática nos da la oportunidad de trabajar con una serie de efectos y estructuras formales limitados. Yo los limito aún más, eligiendo únicamente hacer una imagen de dimensiones standard de un monitor de ordenador; que tenga el perfil RGB, es decir, de color de pantalla; unos colores muestra CMYK de van hacia la muestra de textiles; las variables que permite el efecto scribble; y el lenguaje html.
El proyecto actual consiste en graficar la forma del internet mediante el diagrama del textil. La estructura organizativa, por tanto, es la del textil. Principalmente una horizontal, que habla del tejido realizado a mano con agujas largas.
La estrategia es leer la forma de sitios web altamente navegados, donde los usuarios suelen establecer comunicación. Ello lo encuentro esencialmente en los blogs, y en algunos macro-sitios tanto de búsqueda de información, de servicio de mail, de grupos, así como de creación de blogs.
Por tanto, el modelo son esos sitios, lo que leo de ellos es su diseño, organización dentro de la página, así como categorías y vínculos.
También hago uso de una estrategia actual bastante común, el plagio. Copio el código fuente de la página, y pego aquel texto en lenguaje html dentro de la estructura del textil. No sin antes sustituir los saltos de línea o párrafo por sus correspondientes códigos en el mismo lenguaje.
Sin título (MySpace)
2008
Imagen digital
1024 x 768 px
No quisiera proseguir describiendo el actual proyecto que trabajo. Sino simplemente ligarlo con lo leído en el libro de Juan Acha.
Al ser este proyecto completamente diferente, me ubicaría de nuevo en la «ejecución precreadora». He encontrado en el libro de Acha una posible explicación a este respecto. Esto es en lo que el llama las «funciones prácticas artístico-visuales»10.
Las obras de las series El hombre de la tarima y los dibujos Dennys se podrían corresponder tanto con la «Función de autoexpresión»11, ya que involucran el estado de ánimo y la subjetividad del artista. Posiblemente también con la «Función de representación de realidades»12, pues se buscó el representar la realidad de aquellos sujetos que son el modelo, mediante una otra posible lectura.
En cambio, el nuevo proyecto es posible situarlo en la función artística de innovación a un cierto sistema13. La posibilidad ahora está abierta, más no concretada, ya que se encuentra apenas en los inicios. Puede ser que aquella creación buscada no se logre. Que no se concrete el conjugar el lenguaje informático con el lenguaje del dibujo, concretamente el gráfico, y aquella idea del textil. Que no se pueda llegar a la expansión de estos territorios hasta que se relacionen.
Si lo logro, podré llegar, al igual que ya lo han hecho otros artista, a una obra artística donde el lenguaje es tanto propio del campo de lo visual, como de un campo ajeno al arte plástico-visual.
1. Acha Juan, Introducción a la creatividad artística, 1ª ed., México, Trillas, 1992, pp.209.
2. Acha, Juan, op. cit., p.171.
3. Acha, Juan, op. cit., p.175, 200-201.
4. Acha, Juan, op. cit., p.175.
5. Acha, Juan, op. cit., p.205.
6. Acha, Juan, op. cit., p.175.
7. Acha, Juan, op. cit., p.214.
8. Acha, Juan, op. cit., p.212.
9. Acha, Juan, ídem.
10. Acha, Juan, op. cit., p.207,208.
11. Acha, Juan, op. cit., p.207.
12. Acha, Juan, ídem.
13. Acha, Juan, op. cit., p.208.
Bibliografía:
Acha Juan, Introducción a la creatividad artística, 1ª ed., México, Trillas, 1992 (1ª reimpresión, 2002), p.174-183, 197-224.
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